Despedimos un año más con muchas celebraciones y comidas acompañadas de nuevos propósitos, pero al volver a la rutina e intentar usar la ropa que usamos comúnmente, comienzan a debutar unos rollitos por aquí y otros mas allá. Entonces entramos en pánico, pues no sabemos cómo quitarlos y si los dejamos serán el soporte para nuevos acúmulos en esas zonas, lo que significa que debemos tomar cartas en el asunto de manera urgente.
La ultracavitación se ha convertido en unos de los mejores aliados de las personas que se preocupan por mantenerse en buena forma de manera saludable y sin invadir su cuerpo con procedimientos incapacitantes que los saque de sus actividades laborales por varios días. Su acción está basada en el uso de corrientes de alta potencia las cuales, por medio de una onda vibracional ultrasónica, genera ruptura de los acúmulos grasos (adipocitos o células del tejido graso) que posteriormente será metabolizada por el organismo para su eliminación, generando entonces una disminución del volumen –es decir, de medidas–, siempre y cuando sean a expensas de grasas y no de agua o músculo.
La terapia ultracavitatoria está indicada para pequeños y hasta medianos acúmulos grasos, lo que significa que funciona para modelar el cuerpo. Sin embargo, las personas con acúmulos importantes o con obesidad generalizada no son los candidatos para este tipo de técnica, ni aquellos con trastornos o descontrol de triglicéridos y colesterol, así como los que presentan trastornos de la función del hígado. Esto hace imprescindible la solicitud de exámenes de laboratorio previo al inicio de un plan de ultracavitación. Tampoco puede realizarse en áreas que presentan piezas o implantes metálicos, porque éstos son susceptibles a producir calentamientos con posibles quemaduras, o las piezas pueden desplazarse por la onda vibratoria.
El paciente debe ir a la realización del tratamiento después de haber ingerido al menos 2 litros de agua pura. Posterior a la terapia debe consumir otros 2 litros más y continuar ese esquema por 48 horas. El especialista decide cuál de los dos tipos de ultracavitación es conveniente para cada paciente, ya que puede realizarse con o sin hidrolipoclasia (infiltración de solución salina en la zona previamente a la ejecución de la técnica cavitatoria), así como la cantidad de áreas a tratar en cada sesión ya que, mientras más zonas se trabajen en un mismo día, se incrementan los niveles de ácidos grasos en la sangre con sus consabidos riesgos.
Cuando el paciente está decidido a eliminar los rollitos de más, debe saber que aún cuando técnicas como la ultracavitación son excelentes, de igual manera debe manejar una ingesta diaria de calorías acorde con sus necesidades, pues de lo contrario todo lo que se elimine con tratamientos estéticos, lo recuperará por ingesta excesiva de calorías y además de no conseguir el fin perseguido, perderá su inversión y tendrá una visión negativa de la tecnología.
También es recomendable que el paciente realice ejercicios aeróbicos los 2 días posteriores a la ultracavitación, pues así colaborará con su organismo a eliminar los ácidos grasos que están en su sangre.
La ultracavitación es una fantástica herramienta que exige muy poco tiempo de inversión semanal o quincenal y que aplicada con criterios médicos según sea el caso, nos permitirá deshacernos de esos rollitos que aparecieron como por arte de magia.
