TENGO VÁRICES, ¿CUÁL ES LA MEJOR TERAPIA PARA ELIMINARLAS?

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Los tratamientos también aplican a lesiones vasculares benignas en general.

En la consulta de medicina estética vemos con frecuencia lesiones vasculares, tales como várices de pequeño calibre (varículas) y otras más gruesas que asemejan cordones con nudos. Este tipo de lesiones han sido tratadas desde siempre mediante la esclerosis química, que consiste en inyectar dentro de la luz del vaso sanguíneo un líquido que lo sella, desapareciendo al poco tiempo por reabsorción. Ahora, si esta técnica ha sido segura y confiable ¿por qué los pacientes buscan nuevas opciones terapéuticas? En este sentido, el láser vascular es una segunda opción, de aparición reciente.

Lo primero que debemos tener presente antes de decidir si vamos a realizar una sesión láser para el tratamiento de várices es la evaluación médica previa por un especialista en el área ‒cirujano vascular o flebólogo‒, quien descarta si hay lesiones venosas profundas que comprometan el retorno sanguíneo y dirá cuál es la opción terapéutica más idónea, según el caso. Además de este primer paso, hay que considerar el miedo que sufren algunos pacientes a las agujas, teniendo como opción alternativa los tratamientos lumínicos (láser).

El grosor del vaso (várice) a tratar también es decisivo a la hora de escoger entre ambos tratamientos, ya que los láseres pierden efectividad en várices de calibre mayor a 4 milímetros, pero son la herramienta ideal para aquellas venitas muy delgadas. El fototipo cutáneo (color de piel) es otro de los parámetros a evaluar a la hora de decidirse entre ambas terapias, ya que las pieles muy oscuras pueden presentar manchas residuales posteriores al uso de láseres, dependiendo de las longitudes de onda que se utilicen y la experiencia del médico que realice el procedimiento. No obstante, también pueden aparecer manchas residuales en pieles claras a raíz de la extravasación del medicamento inyectado para la esclerosis química, que posteriormente podrán ser aclaradas con láseres.

Se debe destacar que los láseres y las fuentes lumínicas como el IPL, además de ofrecer resultados excelentes en el tratamiento de varículas, venitas en estallido de cohete y arañas vasculares en los miembros inferiores, son utilizados en otras afecciones vasculares corporales y faciales con resultados verdaderamente fantásticos. Es justamente acá donde toman importancia este tipo de terapias, ya que superan con creces a otras técnicas médicas para tratar las siguientes lesiones benignas:

Telangiectasias (venitas) faciales y corporales, rosácea, couperosis (enrojecimiento facial), Poiquilodermia de Civatte (escote enrojecido), ojeras, Nevus rubí o cherry (puntos de sangre), manchas de hemosiderina (manchas residuales a hematomas), angiomas planos.

Los láseres y fuentes lumínicas de uso vascular actúan mediante un proceso denominado fotocoagulación, que consiste en la absorción de la luz por un elemento “diana” que sería la hemoglobina contenida dentro del vaso sanguíneo, la cual genera un aumento de temperatura lo suficientemente alto para producir coagulación y daño de la pared vascular sin lesionar otras estructuras, como la piel. Una vez que se entiende el principio de acción de los láseres podemos decir que, una de las piezas vitales del éxito de este tratamiento radica en el cuidado de la piel por parte del paciente al no exponerse a radiaciones solares (UV) y utilizar protectores solares en las zonas tratadas durante el período que dure el tratamiento porque la piel oscura o bronceada compiten con la hemoglobina, pudiendo convertirse en el elemento “diana”  y terminar ocasionando verdaderas quemaduras. El número de sesiones es variable según el caso, y por lo general se debe realizar un mantenimiento cada 6-12 meses.

Existen otros láseres para tratar lesiones vasculares benignas que son de aplicación endovascular y quedan reservados para el uso de cirujanos vasculares y dermatólogos especializados en la rama vascular. Los láseres comúnmente utilizados en la medicina estética para tratar afecciones vasculares son Nd;YAG y plataformas lumínicas IPL.

Al final te recuerdo que para tratar las várices es vital el diagnóstico del especialista. El es quien te señalará cuál es el tratamiento adecuado para tu caso pudiendo inclinarse por terapias químicas, lumínicas (láseres) o por la opción combinada donde pueden obtenerse resultados óptimos.