Constantemente buscamos terapias para renovar nuestra piel, ya sea del rostro como del cuerpo, y nos encontramos con un sinnúmero de tratamientos que prometen eliminar el problema de envejecimiento y flacidez. Entonces pensamos ¿cuál es el indicado en mi caso? ¿por cuál debo empezar?
Dentro de las nuevas tendencias repuntan con gran fuerza las denominadas TERAPIAS DE BIOESTIMULACIÓN CUTÁNEA, que se basan en la estimulación para la regeneración, reestructuración y/o neoformación de las células que comienzan a fallar en su acción, conllevando al inicio del envejecimiento.
El envejecimiento tiene causas externas (exposición solar, tabaco, alcohol, poco descanso, etc.) e internas (herencia, hormonal, etc.) por lo que no se puede hablar de una fecha o edad específica para comenzar los tratamientos pero, de acuerdo a nuestros hábitos de vida y/o nuestros genes podemos saber cuando iniciar una terapia preventiva y hasta curativa.
Las terapias de Bioestimulación Cutánea se pueden englobar en dos grupos: autólogas y heterólogas, pudiendo aplicarse sólo una de ellas o las dos, según sea el caso.
Bioestimulación Cutánea Autóloga
Se trata del uso de nuestro propio sistema de estimulación celular para reparar los daños o fallas que estén sucediendo en nuestros tejidos. Estamos hablando del maravilloso sistema de aplicación del Plasma Rico en Plaquetas (PRP) el cual, día a día arroja mejores resultados con efectos muy duraderos y prácticamente sin riesgos. El Plasma Rico en Plaquetas es una técnica que se viene aplicando desde hace aproximadamente 20 años en el área de la cirugía maxilo-facial y la traumatología, reportando excelentes resultados a nivel de regeneración acelerada y controlada de tejidos gracias a la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico mediante la estimulación de FECP (Factores Estimulantes de Crecimiento Plaquetario). Este evento despertó la curiosidad en otros campos de la medicina por lo que actualmente se utiliza como una herramienta insustituible en la cirugía reconstructiva, quemaduras, injertos, úlceras en piel, úlceras corneales y, por supuesto, en la medicina estética, usándose tanto como terapia pura para rejuvenecimiento, como para la preparación y recuperación ante una cirugía plástica, post-peeling, post-láser o la flacidez posterior a reducción de medidas.
Es una técnica muy sencilla que consta de los siguientes pasos:
- extracción de sangre por personal especializado (bioanalista, hematólogo, médico entrenado).
- centrifugación de la sangre con recolección del plasma rico en plaquetas en varias jeringas (generalmente se utilizan 4 jeringas pequeñas) frente al paciente.
- activación del plasma con cloruro de calcio.
- colocación del plasma rico en plaquetas mediante múltiples punciones tipo mesoterapia previa limpieza y antisepsia de la(s) zona(s) a tratar por personal médico entrenado.
- posteriormente se coloca una crema descongestiva en la zona y el tratamiento ha concluido.
Existen consideraciones a tomar en cuenta para obtener excelentes resultados y no encontrarnos con problemas:
El paciente debe suspender el consumo de medicación anticoagulante y/o antiplaquetaria 72 horas antes de la aplicación. Tampoco debe usar antinflamatorios 48 horas previas a la aplicación del Plasma Rico en Plaquetas.
Si la técnica se realiza a primera hora después de comer, el paciente debe evitar ingerir alimentos cargados en grasas para poder obtener una sangre más limpia.
Las zonas a tratar no deben tener ningún signo de inflamación, ni infección. De igual manera, se considera prudente no usar maquillaje las siguientes 4 horas posteriores a la aplicación del PRP para evitar contaminación del área tratada.
Es ideal preparar la piel previamente durante 1-2 semanas con tratamientos como peelings, radiofrecuencia, láser en el consultorio, apoyados con el uso en casa de productos con ácido retinoico, glicólico, etc, según el criterio del médico tratante.
Es contraindicado el uso de ésta terapia en pacientes con bajos valores de plaquetas en sangre, al igual que en personas con trastornos de coagulación. En personas con tendencia a cicatrizar de forma anómala (queloides y cicatrices hipertróficas) no es conveniente, pues aún se encuentra en estudio si el PRP ofrece bondades de control de producción de cicatriz o, por el contrario, exagera aún mas la respuesta queloidea.
Terapia de Bioestimulación heteróloga
Se basa en el uso de productos inyectables o no de origen externo (no es extraído del propio paciente) que cumplen tanto la función de estimular el reordenamiento de las fibras elásticas y colágenas, como de inducir una nueva formación de éstas mediante la acción calórica (Láser, Radiofrecuencia, IPL, LEDS) ó química. En este último caso, nos encontramos con unas nuevas presentaciones de complejos vitamínicos, oligoelementos, ácidos grasos y ácido hialurónico, todos en una misma ampolla que se colocan por vía intradérmica, generando una respuesta muy similar a la producida por el PRP.
En los casos con un gran daño dermo-epidérmico se recomienda hacer uso de ambas terapias para lograr buenos resultados, al igual que se usa cuando se buscan mejorías drásticas.
En las terapias heterólogas inyectables debemos tener en cuenta las posibles alergias que sufre el paciente y revisar si dentro de los componentes de la mezcla se encuentra el producto al cual sea alérgico. En estos casos está contraindicado su uso. También es posible aplicarlos mediante rollers o técnicas de abrasión suave para permitir la penetración del producto, evitando de esta manera el uso de agujas.
Las terapias heterólogas pueden usarse combinadas, como por ejemplo la mezcla inyectable y el láser para rejuvenecimiento ya sea ablativo o no ablativo. También pueden combinarse todas las heterólogas con el Plasma Rico en Plaquetas y obtener de ésta manera un shock de revitalización. No está de más recordar que únicamente el especialista en el tema es quien puede escoger y realizar la opción ideal según sea el caso.
