Pilares de juventud: LAS VERDADES DEL COLÁGENO Y LA ELASTINA EN LA MEDICINA ESTÉTICA

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La publicidad de cremas, medicamentos, equipos, tecnologías o técnicas novedosas para rejuvenecer o prevenir el envejecimiento tienen dos palabras fijas: COLAGENO y ELASTINA, de las cuales el público general no tiene claro cuál es su función, ni su importancia. Además, algunos escritos nos pueden confundir, ya que pareciera que la función de ambas es exactamente la misma. Entonces ¿Qué tal si paseamos un poco por el mundo de estas proteínas?

  • COLÁGENO: es una proteína fibrosa que se encuentra en los animales. Su conformación está dada por un sinfín de fibras que se entrelazan en forma de triple hélice, lo que determina su función de dar sostén, firmeza y resistencia a los tejidos que la contienen. Se han descrito 21 tipos de colágeno diferentes presentes en diversos órganos del cuerpo, tales como córnea, músculo cardíaco, hígado, vasos sanguíneos, placenta, médula ósea y otros, pero los más mencionados son los primeros 6 porque se encuentran en la dermis (piel), huesos, cartílagos, tendones, dentina y tejido intersticial. Esta maravillosa proteína cubre el 25% de las proteínas totales de los mamíferos. El cuerpo humano es capaz de sintetizar colágeno a partir de las células precursoras conocidas como Fibroblastos las cuales necesitan de múltiples cofactores para su fabricación, tales como la vitamina C, zinc, cobre y los aminoácidos prolina, lisina y glicina. El déficit de alguno de éstos cofactores puede conllevar a enfermedades tanto del sistema locomotor como de la piel y músculos.
  • ELASTINA: se refiere a otra proteína que al igual que el colágeno, se conforma en fibrillas pero a diferencia del anterior, confiere elasticidad a los tejidos que la contienen, permitiendo resistir deformaciones ante la presencia de fuerzas aplicadas y al desaparecer las mismas, regresar al estado de relajación. Se encuentra predominantemente en tejidos que sufren repetidos ciclos de extensión-relajación como es el caso de los pulmones, articulaciones (tendones y ligamentos), arterias y piel. Su bajo porcentaje de fatiga (cese de sus funciones) es lo que nos permite respirar, bombear sangre y caminar por más de 60 años sin que fallen. Su producción depende también de los Fibroblastos como células matrices que utilizan ciertos aminoácidos específicos, cofactores como vitamina C y cobre en su fabricación. El déficit de cualquiera de ellos, ya sea por carencias alimentarias como por defectos genéticos, se traducen en enfermedades de los órganos donde se encuentran.

La composición bien orquestada y perfecta del cuerpo humano permite tener una relación justa en porcentajes de ambas proteínas para que los órganos que las contienen puedan cumplir sus funciones a cabalidad. De lo contrario, seríamos como el hombre de piedra que de tanta rigidez nos partiríamos al primer impacto (exceso de colágeno) o como el hombre de goma que no logra sostenerse de tanta flexibilidad (exceso de elastina). En el caso de la dermis o capa profunda de la piel, se dice que la proporción es de 95% de Colágeno con 3% de Elastina. Pero esta relación no persiste toda la vida y, a partir de los 25-30 años comenzamos a presentar un descenso en la cantidad de éstas proteínas, surgiendo así arrugas, caída de los tejidos, flacidez y signos de envejecimiento.

Estos procesos naturales de pérdida de colágeno y elastina pueden acelerarse en personas que mantienen malos hábitos de alimentación, porque no obtienen los aminoácidos ni las vitaminas y minerales para seguir fabricándolos. También sucede en quienes tienen producción contínua de radicales libres debido a exposición solar exagerada, cigarrillos, drogas, alcohol, trasnochos y estrés contínuo. Pero, así como su disminución puede acelerarse, también puede frenarse, controlarse y hasta revertirse. Revisemos cuáles son las formas de mantener nuestro colágeno y elastina:

  • Cremas y productos tópicos: si bien pueden dar hidratación y lozanía a la piel, su efecto es muy pobre en cuanto al aporte de colágeno y elastina ya que siendo proteínas, no logran atravesar la barrera epidérmica. Las mismas ayudan entregando vitaminas y minerales como cofactores en la fabricación.
  • Cápsulas y alimentos: la vía oral es una buena vía de administración, pero debemos tener en cuenta que ambas proteínas se encuentran en productos animales como carnes fibrosas, pollo, articulaciones de animales cocidas por largo tiempo para convertir el colágeno en gelatina que es su forma hidrolizada pudiéndose absorber en un 80%, de lo contrario sólo se absorberá un 3-10% del total ingerido. Lo mismo pasa con la presentación en cápsulas, por lo que se debe corroborar que diga “colágeno hidrolizado” en la etiqueta. El único inconveniente es que se necesitan al menos 8-10 gramos diarios por un tiempo mínimo de 3 meses para conseguir los efectos deseados lo que implica consumir entre 7-12 cápsulas diarias según la cantidad de colágeno-elastina que contenga la presentación. Se debe tener cuidado de que sea una marca con aprobación sanitaria, ya que hay muchas “casas fantasma” ofreciendo productos falsos. Por otra parte, debemos hacer uso de la vía oral para administrarnos las vitaminas, minerales, oligoelementos y antioxidantes necesarios para la constante producción de dichas proteínas de excelente calidad. Siempre prefiera las frutas, vegetales, hortalizas y todos los productos naturales ya que aportan los nutrientes ideales.
  • Láseres, IPL´s y Ultherapy: son las tecnologías más avanzadas, con efectividad comprobada tanto para el remodelado del colágeno y elastina ya existentes en los tejidos, como para la formación de nuevas fibras proteicas. Actúan por doble efecto: generan temperaturas por encima de los 65° centígrados (temperatura mínima necesaria para remodelar colágeno y elastina), lo que lleva a una contracción y acortamiento de las fibras existentes a un tercio de su tamaño previo produciendo tensado al mismo tiempo que un daño calórico en capas profundas que induce a la formación de nuevo tejido de regeneración con la producción de las fibras colágenas y elásticas. El tipo de tecnología se escoge según la necesidad de profundidad en la que amerite el tratamiento y el grado de flacidez, pudiendo ser necesaria la combinación de ellas.
  • Plasma rico en Plaquetas (PRP): es el tratamiento donde se coloca, mediante punturas al paciente, sus propias plaquetas previamente extraídas de su sangre. Esta técnica se utiliza con la finalidad de aportar los fibroblastos y factores estimuladores de la producción de los mismos, los cuales como se explicó arriba, son las células productoras de colágeno y elastina. Dichos factores productores de fibroblastos están contenidos en alto porcentaje dentro de las plaquetas que los liberan en el tejido donde se aplica, desatando una verdadera cascada de regeneración de tejidos. Puede utilizarse como tratamiento único en múltiples sesiones según las necesidades de cada piel, así como puede ser el complemento ideal y sinérgico de láseres, peelings, IPL´s y Ultherapy.

Ciertamente todos envejecemos un poco cada día, pero eso no justifica que lo hagamos en caída libre. La sana alimentación, acompañada de terapias estimuladoras de colágeno y elastina, así como los hábitos de descanso y relajación nos permitirán estar jóvenes por dentro y por fuera por más tiempo., porque con la medicina estética “Hay cosas que no deben ser para siempre”.