PASO A PASO, CÓMO EL LÁSER DESTRUYE LA ONICOMICOSIS

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Este tema atañe tanto a la salud como la estética, y afortunadamente tiene en la tecnología láser un tratamiento curativo. Debido al intenso interés que despertó en muchas personas que acudieron a consulta en búsqueda de una solución, consideré pertinente profundizar el tema.

Conocida ampliamente en el gremio médico como Onicomicosis (del griego ónix, onychos, uña y micosis) o Tinea unguiüm, se trata nada más y nada menos que de la aparición de lesiones en las uñas causadas por hongos.

Desde hace pocos años se utiliza la terapia fotónica o láser para tratar este tipo de lesiones y debido a la gran efectividad sumada a la comercialización y publicidad, este tratamiento está tomando gran auge. Hablamos del versátil láser de Neodimio-yag de pulso largo, el cual por efecto calórico destruye los gérmenes causantes de la onicomicosis con pocas sesiones y sin efectos adversos.

El Neodimio-yag es un rayo que genera cierto calor y se caracteriza por direccionarse con facilidad. También se emplea para la depilación, el tratamiento del acné y las várices leves.

A continuación, responderé las preguntas más frecuentes sobre la terapia láser para la onicomicosis.

¿Funciona para uñas de manos y pies?

Si, esta terapia actúa en los hongos que crecen en las uñas de las manos y los pies, así como en la piel circundante de las mismas.

¿La mejoría es más rápida en las uñas de manos que en las de los pies o es indistinto?

La velocidad de acción no depende de la ubicación de la uña, pero la evidencia del efecto de mejoría causado por el láser, es más rápido en las uñas de las manos porque éstas crecen más rápido que las de los pies, pudiéndose ver la salida de la uña sana precozmente.

¿El láser elimina cualquier tipo de onicomicosis?

Ciertamente el láser actúa sobre todos los tipos de onicomicosis (Onicomicosis distal y lateral subungueal, Onicomicosis blanca superficial, negra superficial, blanca subungueal proximal y la Onicomicosis distrófica total). El esquema de tratamiento variará según el caso, antigüedad de la infección, tamaño del área afectada, posibilidad de sobreinfección con otros microorganismos y la presencia de otras patologías en las uñas que puedan retardar la respuesta ante el láser. En algunos casos, después de finalizar el esquema de 4 sesiones y reevaluar al mes, deben añadirse algunas sesiones más, así como hay casos en los que se debe hacer terapia conjunta con medicación vía oral para poder atacar infecciones masivas. Recordemos que cada caso es individualizado.

¿El láser funciona incluso si la onicomicosis llega a afectar la piel vecina con procesos infecciosos? ¿Hay algún tratamiento adicional en este caso?

En ciertos pacientes logramos ver lesiones micóticas en la piel circundante a las uñas que se pueden tratar con láser, terapia tópica o ambas inclusive. En otros casos, encontramos excesiva resequedad de dicha piel, producto del abuso de talcos con la finalidad equivocada de evitar la humedad del área afectada, que se puede confundir con hongos y que se resuelve al mejorar la hidratación en la zona.

¿Cómo es el diagnóstico realizado en el consultorio antes de decidir la aplicación del láser?

Existen múltiples lesiones de las uñas que pueden considerarse erradamente como hongos pero SÓLO el criterio médico, acompañado de exámenes de laboratorio, tales como la tinción de KOH y el cultivo, podrán decir si estamos ante una lesión fúngica o no. Estos estudios deben realizarse antes de iniciar la terapia con láser y, sobre todo, el paciente debe tener mínimo 3 semanas sin haber aplicado o ingerido ningún producto o tratamiento para dicha afección.

Debido a su longitud de onda (1.064 nm), el láser penetra toda la placa ungueal generando temperaturas a las cuales no sobreviven los hongos. Se necesitan generalmente 4 sesiones, una semanal, que no duran más de 5 minutos por uña afectada, son indoloras y no incapacitan al paciente de sus actividades diarias.

Debido a la relevancia que ha estado tomando el láser es importante advertir los riesgos de caer en manos poco diestras o en ofertas que prometen la eliminación total en una sola sesión. No existen evidencias científicas o trabajos de investigación serios que respalden tal promesa. De igual manera, se suele creer que todos los láseres son iguales o que sirven para lo mismo, de allí que se utilicen equipos que no están destinados para tal fin. Sólo el personal médico entrenado en la tecnología láser tiene el conocimiento sobre la profundidad de penetración de cada rayo y si su efecto es calórico o no. El uso de tecnología inadecuada, puede generar desde la pérdida de tiempo y dinero sin obtener resultados, hasta una lesión de necrosis sin volver a ver crecimiento de las uñas.

Tal y como se mencionó al principio, la onicomicosis pertenece al 50% de las patologías presentes en las uñas, por lo que es importante acudir al médico para realizar pruebas diagnósticas y diferenciarlas de otras lesiones que comúnmente suelen confundirse con hongos como Psoriasis, síndrome de uñas amarillas, traumatismos, exostosis, onicogrifosis, paroniquia, cambios de coloración por medicamentos, trastornos del hígado y hasta lesiones por uñas postizas, que pueden ponerse en manos de especialistas en dermatología, podología, etc.

Para finalizar debo recordar a quienes tienen la tendencia a padecer este mal, usar utensilios de aseo de uñas personalizados y desinfectados, secar muy bien los pies antes de calzarlos y colocar talcos medicados al usar zapatos cerrados, evitar el uso de uñas postizas y el mal hábito de comerse las uñas o llevarlas a la boca, no caminar descalzos en áreas públicas y, finalmente, no prestar sus zapatos. Igualmente se recomienda a los pacientes no automedicarse ya que, además de que posiblemente estén utilizando el tratamiento errado, disminuyan la efectividad de otros posibles remedios.