¡MEDICINA ESTÉTICA AL COMBATE DE LA CELULITIS!

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Desde siempre hemos escuchado hablar de esa deformidad que aparece predominantemente en las mujeres desde la pubertad, que se visualiza como irregularidades que van desde el aspecto de piel de naranja hasta verdaderos nódulos en la piel de algunas zonas del cuerpo. Dicha deformidad ha recibido múltiples nombres basándose en los factores que la causan pero, por comodidad, seguimos llamándola Celulitis.

El término celulitis fue acuñado en 1922 por los franceses Alquier y Pavot de manera errónea y se confundía con un trastorno del tejido adiposo (graso). Actualmente (desde 1982) es reconocida como PEFE, sigla que se refiere a Paniculopatía Edemato Fibro Esclerótica, término basado en los estudios de los doctores italianos Binazzi, Curri y Bartoletti donde la diferencian de la adiposidad (tejido graso) localizada.

PEFE  o celulitis está determinada por un trastorno de los micro vasos del tejido celular subcutáneo (estasis o enlentecimiento en el sistema capilar – venular) lo cual permite la acumulación de sustancias tóxicas en esta zona, formándose un edema (hinchazón), continuando con una fase fibrosa y posterior daño celular y esclerosis, fase ésta, donde se evidencian desde micro hasta macro nódulos.

La adiposidad localizada, en cambio, es un exceso de tejido graso producido por una predisposición genética, donde las células grasas son completamente normales.

Las zonas de localización más frecuente de la PEFE son: cara anterior, externa e interna de los muslos, los glúteos y la cara interna de la rodilla. Le siguen, en importancia, la cara interna de los brazos, pantorrillas y abdomen.

Para hablar de los agentes causales de la PEFE  o celulitis, debemos dividirlos en tres tipos de factores:

  1. Predisponentes (primarios):
  2. Determinantes (secundarios)Agravan a los primarios. Incluyen trastornos hormonales (hiperestrogenismo, hipercortisolismo, hiperinsulinismo, hipertiroidismo, hiperprolactinemia) y la insuficiencia veno-linfática.
  3. Desencadenantes (terciarios)Alimentación desequilibrada, sedentarismo, tabaquismo, alteraciones posturales.

Por otro lado, se han identificado tres tipo de PEFE:

  1. Compacta: se visualiza en mujeres jóvenes con cuerpo de guitarra o botellón. La localización más frecuente es la cara externa de los muslos. Su aspecto no cambia con los cambios posturales, duele con la presión y no de forma espontánea.
  2. Edematosa: se visualiza en mujeres de mediana edad con presencia de várices. Se localiza en rodillas y pantorrillas, respetando los muslos. Su aspecto se modifica con los cambios posturales y duele de forma espontánea.
  3. Mixta: es variable ya que presenta características de las dos formas mencionadas anteriormente en diferentes proporciones.

 ¿Cómo se diagnostica? 

Atrás quedó la simple prueba del pellizco que puede ser realizada por el paciente en casa, en la cual, además de sentir dolor, se evidencia una serie de grumos o nódulos. Generalmente se acompaña por la sensación de fatiga en los miembros  inferiores. En la consulta médica, se debe realizar la termografía de contacto la cual es una prueba sencilla que se basa en el apoyo de una placa de cristales que cambian de color con las diversas temperaturas en las zonas a estudiar. Los colores van desde el azul-verde que indican buen flujo sanguíneo, hasta marrones y negros (conocidos como manchas de leopardo o “black holds”) que indican una circulación sanguínea pobre. De esta manera, no sólo se puede diagnosticar sino que, se puede conocer en qué estadio se encuentra.

Antes de entrar a las terapias, el médico estético debe abordar los factores que generan la PEFE o celulitis, recomendando cambios en los hábitos cotidianos, tales como la alimentación, recomendar la realización de actividades físicas, evitar el uso de ropa ajustada y tacones muy altos, adelgazar en el caso de sobrepeso.

Dentro del arsenal terapéutico que ofrece la medicina estética tenemos:

Intradermoterapia: considerada la reina, junto con otras terapias que se mencionan a continuación. Se trata de la colocación de medicamentos que mejoran e flujo sanguíneo (tanto venoso como arterial) y el flujo de la linfa, logrando así la descongestión en el tejido celular subcutáneo. La colocación puede ser por dos técnicas: micro-inyecciones, también conocida como mesoterapia o por electroporación, la cual radica en una mesoterapia sin el uso de agujas o punciones. Esta última es una técnica de vanguardia que está generando excelentes resultados.

Carboxiterapia: va de la mano con la intradermoterapia ya que potencia los efectos de mejoría en el sistema circulatorio permitiendo una mejor oxigenación celular y, por ende, evitamos la lesión o esclerosis de tejido.

Presoterapia: completa el trabajo ejercido por las dos anteriores efectuando un barrido de todas las toxinas acumuladas, las cuales viajarán por el sistema veno-linfático ya despejado y llegarán así a la circulación general para, finalmente, ser excretadas por orina y heces.

Radiofrecuenciaactúa produciendo tensión en el tejido, evitando que suceda un efecto de flacidez por daño a las fibras de colágeno y elásticas. También actúa de manera sinérgica con las tres anteriores usando un mecanismo de calor para activar aún más la circulación veno-linfática.

Finalmente, se recomienda ingerir abundante agua para ayudar el arrastre de impurezas que han estado acumuladas por tiempo  en esa zona.

Recuerde que sólo su médico considerará cuál es el tratamiento más indicado para usted, al igual que los medicamentos que se utilizarán en cada caso pues, los formatos estándar no siempre son los mejores.