Ante la proliferación de ofertas para aplicar mesoterapia, carboxiterapia, láser y otros tratamientos estéticos hasta en los más disímiles lugares como gimnasios y peluquerías, encendemos una luz de alerta, debido a los riesgos que pueden correr las personas que recurren a estos servicios.
Recordemos que en el año 2005 se reportaron al Instituto de Biomedicina de la Universidad Central de Venezuela, 200 casos de infección producidas por bacterias presentes en productos usados en mesoterapia. En aquel entonces también se notificaron infectados en Aruba y otras partes de Latinoamérica. Este tema sonó con fuerza en aquel entonces, sembrando entre la población la idea de que la mesoterapia es perjudicial.
En ese caso el problema radicó en la irresponsabilidad de las manos inexpertas que colocaron la mesoterapia y también de las personas que se sometieron a este tratamiento sin cotejar la acreditación de esos supuestos “especialistas”.
Aún más: en nuestro país suele confundirse cosmetólogo, esteticista, médico estético y cirujano plástico (profesiones que describiremos en una próxima entrega). Muchos piensan que los tratamientos estéticos son competencia exclusiva de los cosmetólogos, craso error que puede causar lamentos si “algo sale mal”. Aprovechamos para aclarar que el médico estético es el profesional acreditado y certificado en esta área que también atañe a la salud, ya que se ha formado para evitar complicaciones y está debidamente preparado para atender contingencias.
¿A qué tipos de riesgos nos exponemos si caemos en las manos equivocadas?
Los principales riesgos son causados generalmente por las siguientes razones:
- Desconocimiento de los productos utilizados.
- Exceso de colocación.
- Contaminación de productos.
- Atención en espacios sin las debidas condiciones higiénicas.
A continuación describiremos los riesgos que conllevan los tratamientos estéticos más populares cuando son aplicados inadecuadamente:
Carboxiterapia: Si se insuflan cantidades excesivas de CO2, se puede provocar insuficiencia respiratoria. También se pueden formar hematomas si las punciones se efectúan en sitios inadecuados. En este sentido, se han reportado casos de hematomas retroculares (detrás del ojo), que producen dolor y problemas para ver por opresión del nervio ocular.
Ultrasonido: Si se usa con la potencia inadecuada o no se maneja correctamente el cabezal, puede generar cavitación, o sea, lesiones óseas. Tanto la carboxiterapia como el ultrasonido y la radiofrecuencia pueden ser aplicados por un técnico o esteticista bajo supervisión médica.
Peelings: Estas técnicas mal aplicadas pueden diseminar infecciones, así como crear manchas, quemaduras y efectos indeseados similares a los del láser. Dependiendo del tipo y la profundidad de acción, puede realizarlo desde un cosmetólogo hasta un médico.
Mesoterapia: Tal y como mencionamos al principio del texto, el principal riesgo es la infección bacteriana por contaminación del producto a inyectar, lo cual puede ocasionar lesiones ulcerativas, granulomatosas e inflamatorias severas que se pueden solucionar con la toma de antibióticos durante un tiempo prolongado.
Otros problemas con la mesoterapia se pueden presentar por falta de medidas de antisepsia. En tercer lugar están las reacciones alérgicas que se pueden evitar si se evalúa previamente el paciente.
Asímismo puede ocurrir que el paciente no vea el efecto de la mesoterapia por colocación a profundidad equivocada.
Láser: Los principales riesgos son las quemaduras, las manchas hiper o hipocrómicas (oscuras o blancas), dermatitis, herpes y los llamados “tatuajes”, es decir, cuando queda marcada en la piel la trayectoria del rayo. También se puede producir lesión ocular si no se usan los lentes de protección cuando el láser es aplicado en el rostro.
Toxina Botulínica: Si se aplica en “zonas de peligro”, perfectamente identificadas en los cursos médicos, puede generar lesiones de paresia (parálisis) que ocasionan efectos antiestéticos.
Como cierre de este punto subrayamos que el láser y la toxina botulínica son actos médicos.
¿Cómo hacemos si queremos ser sometidos a tratamientos estéticos seguros?
He aquí varias recomendaciones a tomar en cuenta por un paciente prudente:
- Buscar un especialista médico, acreditado y certificado en el país.
- Cuando el centro estético es serio, se efectúa una evaluación con historia clínica que contemple los hábitos, alergias, tratamientos y productos que el paciente usa. Muchas personas recurren a los centros estéticos donde no se hacen evaluaciones previas porque les da “fastidio” o “flojera”. Pues, cabe destacar que la evaluación es imprescindible para determinar el tipo de tratamiento a colocar, porque por ejemplo, si una persona tiene marcapasos, no se le puede aplicar electroterapia, y a quienes tienen prótesis metálicas se les debe evitar el uso del láser y el ultrasonido en las zonas donde éstas estén.
- Estar pendiente de las medidas de asepsia a nivel de temperatura, limpieza, uso de guantes y gorro por parte del especialista.
- Chequear el uso de material desechable, como en el caso de las jeringas, por ejemplo.
- Exigir el conocimiento de cuál producto se está aplicando, a cuál laboratorio o firma pertenece y su fecha de caducidad.
- Asistir al tratamiento con la piel limpia y sin cremas o lociones.
A nivel de las autoridades sanitarias del país también deben tomarse medidas como la normatización del gremio de la medicina estética, tal como ocurre en Argentina, España y Colombia, así como agilizar el control de los productos y el otorgamiento de la permisología sanitaria para trabajar en este ramo.
